#MENTE #ABIERTA. Un espacio de relfexión

jueves, 23 de julio de 2015

Una visión sobre #LaFelicidad


APRENDER A SER FELICES

Me parece que la asignatura más importante de nuestra carrera de hombres es la construcción de la felicidad. La primera cosa que tendríamos que enseñar a todo hombre que llega a la adolescencia es que los humanos no nacemos felices ni infelices, sino que aprendemos a ser una cosa u otra y que, en una gran parte, depende de nuestra elección el que nos llegue la felicidad o la desgracia.

Que no es cierto, como muchos piensan, que la dicha pueda encontrarse como se encuentra por la calle una moneda o que pueda tocar como una lotería, sino que es algo que se construye, ladrillo a ladrillo, como una casa.

Habría también qué enseñarles que la felicidad nunca es completa en este mundo, pero que, aun ahí, hay raciones más que suficientes de alegría para llenar una vida de jugo y de entusiasmo y que una de las claves está precisamente en no renunciar o ignorar los trozos de felicidad que poseemos por pasarse la vida soñando o esperando la felicidad entera.

Sería también necesario decirles que no hay recetas para la felicidad, porque, en primer lugar, no hay una sola sino muchas felicidades y que cada hombre debe construir la suya, que puede ser muy diferente de la de sus vecinos. Y porque, en segundo lugar, una de las claves para ser felices está en descubrir qué clase de felicidad es la mía propia.

Añadir después que, aunque no haya recetas infalibles, sí hay una serie de caminos por los que, con certeza, se puede caminar hacia ella. A mí se me ocurren así de repente, unos cuantos:
Valorar y reforzar las fuerzas positivas de nuestra alma. Descubrir y disfrutar de todo lo bueno que tenemos. No tener que esperar a encontramos con un ciego para enterarnos de lo hermosos e importantes que son nuestros ojos.

No necesitar conocer a un sordo para descubrir la maravilla de oír. Sacar jugo al gozo de que nuestras manos se muevan sin que sea preciso para este descubrimiento ver las manos muertas de un paralítico.

Asumir después serenamente las partes negativas o deficitarias de nuestra existencia. No encerramos masoquista-mente en nuestros dolores. No magnificar las pequeñas cosas que nos faltan: no sufrir por temores o sueños, de posibles desgracias que probablemente nunca nos llegarán.
Vivir abiertos hacia el prójimo. Pensar que es preferible que nos engañen cuatro o cinco veces en la vida que pasarnos la vida desconfiando de los demás.

Tratar de comprenderles y de aceptarles tal y como son, distintos a nosotros.
Buscar también en todos más lo que nos une que lo que nos separa, más aquéllo en lo que coincidimos que en lo que discrepamos. Ceder siempre que no se trate de valores esenciales. No confundir los valores esenciales con nuestro egoísmo.

Tener un gran ideal, algo que centre nuestra existencia y hacia lo que dirigir lo mejor de nuestras energías. Caminar hacia él incesantemente, aunque sea con algunos retrocesos.

Aceptar la lenta maduración dé todas las cosas, comenzando por nuestra propia alma. Aspirar siempre a más, pero no a demasiado más. Dar cada día un paso. No confiar en los golpes de la fortuna.Creer descaradamente en el bien. Tener confianza en que a la larga -y a veces muy a la larga- terminará siempre por imponerse. No angustiarse si otros avanzan aparentemente más deprisa por caminos torcidos. Creer en la también lenta eficacia del amor. Saber esperar.

En el amor, preocuparse más por amar que por ser amados. Tener el alma siempre joven y, por tanto, siempre abierta a nuevas experiencias.
Estar siempre dispuestos a revisar nuestras propias ideas, pero no cambiar fácilmente de ellas. Decidir no morirse mientras estemos vivos.
Elegir, si se puede, un trabajo que nos guste. Y si esto es imposible, tratar de amar el trabajo que tenemos, encontrando en él sus aspectos positivos.

Revisar constantemente nuestras escalas de valores. Cuidar de que el dinero no se apodere de nuestro corazón, pues es un ídolo difícil de arrancar de él cuando nos ha hecho sus esclavos.
Descubrir que la amistad, la belleza de la naturaleza, los placeres artísticos y muchos otros valores son infinitamente más rentables que lo crematístico.

Procurar sonreír con ganas o sin ellas. Estar seguros de que el hombre es capaz de superar muchos dolores, mucho más de lo que el mismo hombre sospecha.
La lista podría ser más larga. Pero creo que, tal vez, esas pocas lecciones podrían servir para iniciar el estudio de la asignatura más importante de nuestra carrera de hombres: la construcción de la felicidad.
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Mgr. MARIA TERESA GALEANO
Psicóloga clínica. Máster en Terapia Familiar. RPN ° 865
Especialista en Trastornos alimenticios.
Consultorio: +59521235.268
https://www.facebook.com/teresagaleanopsicologa



CUADROS DE ANSIEDAD


CUADROS DE ANSIEDAD

Según la OMS (Organización Mundial de la Salud) la ANSIEDAD es el concepto
que tiene su origen en el término latino anxietas. 

Se trata de la condición de una persona que experimenta una conmoción, intranquilidad, nerviosismo o preocupación. Para la medicina, la ansiedad es el estado angustioso.

El sistema dopaminérgico es el que se encarga de dar las alertas al organismo de aquello que necesita, liberando señales al sistema nervioso central. Lo hace cuando tenemos hambre, sed o sueño, y nos lleva a buscar todos los medios por satisfacer esa necesidad. 

Así mismo, es el encargado de liberar adrenalina cuando estamos frente a situaciones a las que debemos enfrentarnos.  La gran preocupación de las políticas de salud es el aumento de las tasas de ansiedad y estrés.

El siglo 21, es un tiempos en que los seres humanos vivimos stressados, y esto nos lleva a cuadros de ansiedad.

La ansiedad puede responder a causas fisiológicas, endocrinólogas, neurológicas u otras variables físicas. Pero los cuadros de ansiedad que responden a situaciones emocionales o psicológicas son cada vez más frecuentes.

CUIDAR NUESTRA SALUD MENTAL ES UN IMPERATIVO EN ESTE SIGLO 21.
CUIDARNOS ES LA MEJOR FORMA DE AMARNOS Y AMAR A LAS PERSONAS QUE NOS RODEAN.

CUIDARNOS ES LA MEJOR FORMA DE AMARNOS Y AMAR A LAS PERSONAS QUE NOS RODEAN

Magister María Teresa Galeano Psicóloga clínica. Máster en Terapia Familiar. RPN°865
Consultorio: +59521234.268

https://www.facebook.com/teresagaleanopsicologa

#ElcomerEMOCIONAL





EL COMER EMOCIONAL


"El deseo de comer cuando no se tiene hambre es un buen indicador de que se desea algo menos perceptible que la comida, pero muchas veces no se sabe que es." Teresa Galeano.-
IDENTIFICAR LAS VARIABLES

}  Explorar todos estos datos y volcarlos en un registro diario es de mucha utilidad para examinar nuestra conducta y que situaciones emocionales influyen a la hora de alimentarnos.
}  La vida cotidiana nos enfrenta todos los días a distintas situaciones más o menos complejas que resolver y de las cuales no podremos huir, por lo tanto buscar otras alternativas para canalizarlas será más saludable que solo tratar de resguardarse a través de la comida.

EMOCIONES  Y EXCESO

}  En estas ocasiones la comida se convierte entonces en nuestro refugio y a veces acudimos a ella por insatisfacción, aburrimiento, problemas cotidianos y también En estas ocasiones la comida se convierte entonces en nuestro refugio y a veces acudimos a ella por insatisfacción, aburrimiento, problemas cotidianos y también muchas veces para gratificarnos por logros alcanzados.

HAMBRE O ANSIEDAD

}  Estos hábitos incorrectos construidos desde pequeños dificultan detectar las verdaderas necesidades alimentarías.
}  Es preciso comer siempre que se tenga hambre, tenemos que aprender ha escuchar lo que nos dice nuestro cuerpo; él sabe cuándo, cuánto y qué quiere comer por sus necesidades nutricionales; él es el que necesita de los alimentos para mantenernos saludable.
}  El ingerir al menos las cuatro ingesta diarias (desayuno, almuerzo, merienda y cena) en los horarios (no dejando pasar más de 3hs. entre una ingesta y otra) y cantidades adecuadas ayudará a detectar con naturalidad la verdadera sensación de hambre.

QUE LA COMIDA NO SEA TU REFUGIO NI TU CASTIGO

}  Algunas personas utilizan el alimento como un aislante emocional del malestar que les provoca llevar una vida sin sentido y carente de motivaciones.
}  Con el fin de protegerse, comen más o menos alimentos creyendo que los mismos ayudarán a satisfacer o resolver sus problemas emocionales, huyendo y refugiándose en el consuelo, el olvido o la satisfacción que les provoca comer.
}  Hay personas que castigan a su cuerpo con dietas restringidas como si él fuera su peor enemigo creyendo que la solución a sus problemas es adelgazar pensando que sus dificultades se deben a esos tres, cinco o diez kilos de más.

QUE LA COMIDA NO SEA TU CASTIGO

}  La falta de autoestima puede empujarnos a buscar erróneamente soluciones a través de la comida pero lo único que se consigue es ir deteriorando la salud mental y física.
Lo cierto es que el momento de comer no implica únicamente la satisfacción de una necesidad biológica, sino también sicológica igualmente importante
}  Por lo tanto la buena alimentación es mucho más que proveer al cuerpo de los nutrientes que necesita para estar perfectamente sano; comer es placer y también un acto social destinado a establecer lazos afectivos.

APRENDER A SABOREAR LOS ALIMENTOS

}  La comida debe ser una ocasión para compartir y disfrutar; es importante darle el lugar, el tiempo y la tranquilidad que merece.
}  Comer rápido equivale a no registrar lo que se come y las ganas de saborear un buen menú seguirán intactas.
}  En cambio cuando los minutos no nos corren porque estamos organizados le damos tiempo a la comida para que llegue al estómago y a los jugos digestivos para que comiencen el proceso de digestión, experimentando la sensación de saciedad totalmente liberados del malestar que produce engullir los alimentos por falta de tiempo.

IDENTIFICAR LAS SITUACIONES CRÍTICAS: EL COMER EMOCIONAL

}  La comida está directamente relacionada con lo emocional por lo tanto debemos reconocer aquellas situaciones que puedan afectar nuestra alimentación y por lo tanto nuestro bienestar.

}  Es de mucha utilidad tomar nota de todo lo que ingerimos, también prestar atención a nuestro
entorno, como por ejemplo, si estamos solos o acompañados, cual es nuestro estado anímico
(Aburrido, triste, alegre), si el lugar es agradable o no. si nos tomamos el tiempo necesario.
Explorar todos estos datos y volcarlos en un registro diario es de mucha utilidad para examinar
nuestra conducta y que situaciones emocionales influyen a la hora de alimentarnos.

}  La vida cotidiana nos enfrenta todos los días a distintas situaciones más o menos complejas que resolver y de las cuales no podremos huir, por lo tanto buscar otras alternativas para canalizarlas será más saludable que solo tratar de resguardarse a través de la comida.


#Ser FELICES



Aprender a ser felices

Me parece que la asignatura más importante de nuestra carrera de hombres es la construcción de la felicidad. La primera cosa que tendríamos que enseñar a todo hombre que llega a la adolescencia es que los humanos no nacemos felices ni infelices, sino que aprendemos a ser una cosa u otra y que, en una gran parte, depende de nuestra elección el que nos llegue la felicidad o la desgracia.

Que no es cierto, como muchos piensan, que la dicha pueda encontrarse como se encuentra por la calle una moneda o que pueda tocar como una lotería, sino que es algo que se construye, ladrillo a ladrillo, como una casa.

Habría también qué enseñarles que la felicidad nunca es completa en este mundo, pero que, aun ahí, hay raciones más que suficientes de alegría para llenar una vida de jugo y de entusiasmo y que una de las claves está precisamente en no renunciar o ignorar los trozos de felicidad que poseemos por pasarse la vida soñando o esperando la felicidad entera.


Sería también necesario decirles que no hay recetas para la felicidad, porque, en primer lugar, no hay una sola sino muchas felicidades y que cada hombre debe construir la suya, que puede ser muy diferente de la de sus vecinos. Y porque, en segundo lugar, una de las claves para ser felices está en descubrir qué clase de felicidad es la mía propia.

Añadir después que, aunque no haya recetas infalibles, sí hay una serie de caminos por los que, con certeza, se puede caminar hacia ella. A mí se me ocurren así de repente, unos cuantos:
Valorar y reforzar las fuerzas positivas de nuestra alma. Descubrir y disfrutar de todo lo bueno que tenemos. No tener que esperar a encontramos con un ciego para enterarnos de lo hermosos e importantes que son nuestros ojos.

No necesitar conocer a un sordo para descubrir la maravilla de oír. Sacar jugo al gozo de que nuestras manos se muevan sin que sea preciso para este descubrimiento ver las manos muertas de un paralítico.

Asumir después serenamente las partes negativas o deficitarias de nuestra existencia. No encerramos masoquista-mente en nuestros dolores. No magnificar las pequeñas cosas que nos faltan: no sufrir por temores o sueños, de posibles desgracias que probablemente nunca nos llegarán.
Vivir abiertos hacia el prójimo. Pensar que es preferible que nos engañen cuatro o cinco veces en la vida que pasarnos la vida desconfiando de los demás.

Tratar de comprenderles y de aceptarles tal y como son, distintos a nosotros.
Buscar también en todos más lo que nos une que lo que nos separa, más aquéllo en lo que coincidimos que en lo que discrepamos. Ceder siempre que no se trate de valores esenciales. No confundir los valores esenciales con nuestro egoísmo.

Tener un gran ideal, algo que centre nuestra existencia y hacia lo que dirigir lo mejor de nuestras energías. Caminar hacia él incesantemente, aunque sea con algunos retrocesos.

Aceptar la lenta maduración dé todas las cosas, comenzando por nuestra propia alma. Aspirar siempre a más, pero no a demasiado más. Dar cada día un paso. No confiar en los golpes de la fortuna.Creer descaradamente en el bien. Tener confianza en que a la larga -y a veces muy a la larga- terminará siempre por imponerse. No angustiarse si otros avanzan aparentemente más deprisa por caminos torcidos. Creer en la también lenta eficacia del amor. Saber esperar.

En el amor, preocuparse más por amar que por ser amados. Tener el alma siempre joven y, por tanto, siempre abierta a nuevas experiencias.
Estar siempre dispuestos a revisar nuestras propias ideas, pero no cambiar fácilmente de ellas. Decidir no morirse mientras estemos vivos.
Elegir, si se puede, un trabajo que nos guste. Y si esto es imposible, tratar de amar el trabajo que tenemos, encontrando en él sus aspectos positivos.

Revisar constantemente nuestras escalas de valores. Cuidar de que el dinero no se apodere de nuestro corazón, pues es un ídolo difícil de arrancar de él cuando nos ha hecho sus esclavos.
Descubrir que la amistad, la belleza de la naturaleza, los placeres artísticos y muchos otros valores son infinitamente más rentables que lo crematístico.

Procurar sonreír con ganas o sin ellas. Estar seguros de que el hombre es capaz de superar muchos dolores, mucho más de lo que el mismo hombre sospecha.
La lista podría ser más larga. Pero creo que, tal vez, esas pocas lecciones podrían servir para iniciar el estudio de la asignatura más importante de nuestra carrera de hombres: la construcción de la felicidad.
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Mgr. MARIA TERESA GALEANO
Psicóloga clínica. Máster en Terapia Familiar. RPN ° 865
Especialista en Trastornos alimenticios.
Consultorio: +595 21 234.268
     
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